“Si no piensas como yo, hermano mío, lejos de ofenderme me enriqueces”. Con esta frase inspirada en Saint-Exupery (“Carta a un rehén”, 1943), que no era francmasón, se acoge al visitante en un edificio masónico en la ciudad de París y este es, exactamente, el valor más grande del proceso masónico:
Enriquecerse con el otro, con su diferencia, lo cual es la ruta que lleva a la Sabiduría.
Llegar a ser reconocido como francmasón de “EL DERECHO HUMANO – LE DROIT HUMAIN” es fruto de una opción personal tomada tras una reflexión madura. Los rituales, mitos y símbolos de la Francmasonería no tienen nada de anticuado: constituyen, en nuestra sociedad mecanicista y desencantada, una manifestación de nuestra voluntad dar sentido al mundo y a la vida, en un marco donde la libertad absoluta de conciencia, el respeto y la tolerancia son esenciales en nuestra aspiración a que hombres y mujeres puedan lograr, en plano de igualdad, la justicia social en toda la tierra en una humanidad fraternalmente organizada.
Para llegar a este fin, nuestra Orden utiliza un método ritual y simbólico, gracias al cual sus miembros edifican su templo al progreso y al perfeccionamiento de la humanidad.
Los Francmasones de “EL DERECHO HUMANO – LE DROIT HUMAIN” son también incansables defensores de los clásicos ideales democráticos. Habiendo adoptado como propia la divisa:
“Libertad – Igualdad – Fraternidad*’ y sin olvidar su corolario, la Laicidad.
Aquí se puede ver el Folleto para Aspirantes Completo:
FOLLETO PARA ASPIRANTES AL DH ESP
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Nuestra Orden: El Derecho Humano – Le Droit Humain